Mi gran amigo, no dejo de pensar en el abrazo que nos dimos al vernos de nuevo. Tu sonrisa ha sido guardada eternamente, en el cofre de mi alma. Mi presencia, dio luz a tu vida en esos momentos increíbles para ti, pero existenciales a la vez. Perdono a la vida por llevarte y disculpo a la realidad por pretender que olvide tu presencia en próximos amaneceres.
El alma ya anda lenta y tranquila hacia un nuevo horizonte, despojando en su oscuridad a la noche y iluminando con suave luz a las propias estrellas en el caminar. Cierra los ojos mi gran amigo, entregándote así, al gran secreto de la vida, dejándote llevar por su inmensidad y olvidando el sufrimiento con lágrimas vivas a tu alrededor. Eres la luz que siempre se recordara en los corazones que te amaron sin condición. En la vida, hay amores que el corazón guarda, temblando de alegría cuando surgen los recuerdos que viven en el.
!Ella! la luz que alumbro tu existencia, mirara al cielo siempre que necesite de ti y volverás de nuevo como ráfaga de viento a rozar su mejilla y en ese silencio, un "te quiero", será testigo de tu presencia. Al recuerdo, lo llevara ese viento, al inmenso jardín donde aún vive el amor que vivió junto a ti.
Gracias por llegar a mi vida y enseñarme el coraje, el valor, la fuerza , la aceptación y el amor que han vivido en ti.
Recordaré tu sonrisa si mi cielo se llena de nubes y la tristeza aparece en mi corazón.
Nos volveremos a encontrar en cualquier lugar, nuestra existencia es eterna.
Un abrazo desde lo más profundo de mi corazón para ti Claudio.
(Estella Bono)
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