A ti Mar.....

Invítame mar a tocar tu corazón, sintiendo el amor que perdura eternamente en el morir, y en el vivir, de la ternura que anidó, embriagó, y se apoderó de la realidad de una pasión.
Si escribiera con la espuma blanca de tus olas mar, de los sentimientos de mi alma, a quien hablarías de ellos?..
A la sirenas y marinos?..
A Neptuno o Poseidón, o al propio Olimpo?...
A las aves que posan su vuelo descansando de su lejanía?..
O tal vez al que espera en tu orilla, sin saber que el amor esta en su corazón?.
Barcas navegan en la inmensidad de estas palabras, de una niña amada, y dueña de sus sueños, con principios y sin finales, con velas sin brisa y con brisa, donde los gritos en el alba, son polvo de luz en la playa.
Con velas amarillas el horizonte de estrellas se llena de ellas, arrojando al marinero al conjuro de la aurora, y la luna, iluminando sus grutas del adorable susurro de una caracola.
Donde escribo estos versos entre roca y arena fría, escucho sin sonido desierto el vaivén del aroma, y las fragancias de tus olas, en alas de gaviotas en un mar presente y con calma.
Yo mezo mi espada furtiva, con la música de la brisa, sin saber que la playa desierta sin barcos remeros, me invita a la profunda noche a escuchar el sonido del sorbo de un corto verano.
Navegando entre almas hasta el altamar, el corazón me llega a agitar. El ocaso aparece, y tu marinero no llegas a admirar, que el amar llega a inquietar, lo intenso de una realidad, y sobre sus olas el amor debes cruzar.
La música se abre, y yo siento que mi secreto es tan solo el eco del rumor firme de un verso de viento,  que cuelga su murmullo en el océano de un desierto, sin tiempo.
Detengo el momento mar tan solo con mi aliento, y entre inmortales vientos, una desnuda rosa cubre mi cuerpo al abrazar el susurro delcazo de aquel marinero. Atrás en el tiempo  el beso azul es un recuerdo de caricias y sueños en los abrazos inmortales de prosas y besos en fuego acariciando el existir de la esperanza de un nuevo recuerdo de vivir.
                      

                               Autora Estella Bono